Wednesday, June 22, 2011

EL GRAN ESCAPE DE KANDAHAR

Historia Completa del Asombroso Escape Talibán de la Prisión


Fue uno de los grandes escapes de la historia en términos de la ingenuidad y la perseverancia de los involucrados.

Sucedió a las 10pm del 25 de abril de este año en el sur de Afganistán cuando, después de cinco meses de cavar un túnel, los excavadores Talibán finalmente quebraron el piso de concreto de una celda en el centro de la prisión de Sarposa en las afueras de la ciudad de Kandahar.

Detrás de ellos un túnel serpenteado de tres pies de alto y casi 1,200 pies de largo que los llevó por debajo de los muros de la prisión a una casa en el lado lejano del camino principal.

Durante las siguientes cinco horas unos 541 prisioneros, uno de ellos con una pierna rota, cruzaron gateando el camino hacia la libertad.

Únicamente cuando los guardias trataron de llevar a cabo su llamado regular de la lista en el patio de la prisión ya en la mañana descubrieron las celdas vacías de las que se desvanecieron algunos de los prisioneros más peligrosos del mundo.

La historia del escape no solo es apasionante en sí sino que demuestra que los Talibán (a los que generalmente se nos han presentado como fanáticos lavados del cerebro) som imaginativos, disciplinados e ingeniosos.

Esto es lo que los hace tales adversarios formidables de los ejércitos Estadounidense, Británico y Afgano a pesar de su inferioridad en número, entrenamiento y armas.

El escape de la prisión de Kandahar ilustra una capacidad para prever las dificultades y encontrar formas de superarlas.

Además, el escape es también una de las pocas complejas operaciones llevadas a cabo por el Talibán sobre las que están disponibles todo una narración de su lado que puede ser confirmada ampliamente por las fuentes del gobierno de los Estados Unidos y Afganistán.

Algunos de estos detalles surgieron inmediatamente después del escape al presumir los voceros del Talibán su éxito y el gobierno Afgano y los funcionarios de los Estados Unidos produjeron sus propias embarazosas explicaciones sobre lo que había salido mal.

Pero la historia completa del escape de la prisión de Kandahar salió sólo meses después cuando el Talibán permitió que se publicaran los detalles del escape en la revista Árabe, Al-Somood.

Se publicaron dos artículos, uno que parece ser la historia oficial larga del Talibán del escape complementado por una segunda pieza más corta, publicada bajo el nombre de “Muhammad Idris”, un joven combatiente Talibán que estuvo en la prisión de Sarposa esperando juicio y fue uno de los primeros que entró al túnel.

Los dos artículos fueron traducidos y puestos on line en el prestigiado sitio Afghanistan Analysts. Son prudentes sobre unos cuantos episodios, como la posible complicidad de los guardias de la prisión pero su historia, a fin de cuentas, es convincente.

La prisión en la que se logró el escape masivo está en el distrito de Sarposa de Kandahar, cercano al camino desde Kandahar a la ciudad occidental de Herat, y es el centro de detención más grande en el sur de Afganistán. Se usó para retener a los insurgentes capturados desde el corazón de la rebelión del Talibán.

Había sido reconstruido sustancialmente, fiándose en asesoría Estadounidense y Canadiense para construir una prisión segura, para prevenir ataques desde el extrior o el escape desde el interior, dándose ambos en la última década: En 2003, cuando se escaparon 45 Talibán por un túnel excavado desde el interior y en 2008 un atacante suicida hizo volar las puertas de la prisión y se escaparon 900 prisioneros.

Estas fallas apremiaron una reconstrucción a gran escala diseñada para hacer imposibles los escapes. Se construyeron más torres de vigilancia y se instalaron cámaras de vigilancia, nuevos muros altos se extendieron por debajo de la superficie para evitar la excavación de túneles y la prisión fue rodeada por una profunda trinchera.

Muchos del Talibán aceptaron que la prisión ya estaba a prueba de escapes. Pero un miembro no mencionado del movimiento, según una historia inspirada en el Talibán, no estaba seguro. Se dice que, de algún modo, misteriosamente, pudo obtener el conocimiento completo, por sus conexiones, del interior y del exterior de la prisión” y se convenció de que podría “ser posible cavar un túnel desde el interior de una casa desde el otro lado de la calle hacia la prisión como medio para liberar prisioneros”. Al principio, estaba nervioso de decirle a alguien su idea, pero finalmente, la compartió con otros dos combatientes Talibán con quienes viajaba en una motocicleta. Escéptico al principio estos hombres le dijeron al alto mando Talibán local en Kandahar que luego sancionaron el esquema.

A fines de 2010 un pequeño grupo de confiables Mujaidin Talibán rentaron una casa al suroeste del complejo de la prisión.

Trajeron trabajadores para hacer bloques de concreto para vender de forma que pareciera que la casa era de una compañía de construcción que ganaba dinero del boom de la construcción.

Había una torre de vigilancia cerca así que, para dar cubierta a la actividad en la casa, los trabajadores estaban ocupados haciendo bloques de concreto en el patio durante el día.

Era solo cuando estos trabajadores, que no sabían nada del plan de escape, se iban al anochecer que comenzaba el verdadero trabajo de la compañía de construcción, que era cavar un túnel con dirección a la prisión, cuyo punto de inicio era una habitación dentro de la casa.

Al principio, había solo cuatro Mujaidines que sabían el secreto y se involucraron en la excavación, uno de ellos trabajaba en la cabeza del túnel con un zapapico mientras que los otros tres retiraban la tierra.

El túnel era demasiado estrecho para usar una carretilla así que fueron al mercado y compraron triciclos para niños que convirtieron en carretillas al quitarles el asiento y las manijas, sustituyéndolas con una vasija para la tierra excavada.

Llenas de tierra, estas eran jaladas con una soga hacia la boca del túnel. Deshacerse de la tierra fue más fácil de lo que se suponía porque la tierra suelta tiene valor en Kandahar y la vendían por camión en el mercado local.

Durante dos meses, los cuatro hombres trabajaron en el túnel, pero para aumentar el progreso se dobló la cantidad a ocho que cavaron más de 12 pies por noche. Inevitablemente, después de 300 pies, comenzaron a sufrir por la falta de oxígeno y después de otros 150 pies el aire viciado hizo el trabajo imposible.

Los excavadores trataron con un abanico ventilador pero sufrieron de dolor de cabeza hasta que una máquina bombeadora de aire operada con batería les pudo brindar aire silenciosamente a través de un ducto.

Se preocupaban de que el camino bajo el cual cavaban el túnel, a únicamente 7.5 pies por debajo de la superficie pudiera hundirse cuando pasaran los pesados camiones militares hacia y desde la prisión.

Lo pusieron a prueba estacionando un camión para carga de arena propio encima del túnel y aun cuando parecía seguro, decidieron cavar más profundo.

En este punto, algo comenzó a ir mal. Más tarde un vocero del Talibán presumió de que “desde el principio tuvimos el apoyo de profesionistas expertos, gente que eran ingenieros entrenados que nos asesoraron para cavar y pudimos localizar el punto donde estaban detenidos los prisioneros”.

Pero, por su propia admisión, no fue esto lo que sucedió exactamente. Antes de que siquiera llegaran a los muros de la prisión, los excavadores por completo perdieron el camino y excavaron 340 pies de túnel en dirección equivocada.

Sólo se dieron cuenta de esto cuando llegaron a un ducto de metal que no tenía nada que ver con la prisión sino que iba a un poblado vecino.

Sólo cuando consiguieron un mapa de la prisión, que lo lograron simplemente descargándolo de la Internet.

No obstante, la pérdida de tiempo era grave porque sólo podían trabajar de noche, para evitar sospechas en los trabajadores de la fábrica de bloques de concreto.

Se acercaba el verano y las noches se acortaban.

El número de trabajadores en el túnel se elevó a 21 para acelerar el progreso del túnel bajo el centro de la prisión.

Los prisioneros estaban en dos lugares: La mayoría en la llamada ala política, pero otras estaban en un salón chico que se llamaba “Tawqif Kannaqh” que fue al que llegaron primero los excavadores.

Lo encontraron al escuchar el sonido de un prisionero, que sabía del plan de escape, golpeando el piso encima de ellos.

Habiéndose orientado, pasaron otros cinco días excavando bajo el ala política. La fase final del escape implicaba muchos riesgos.

El hombre que la dirigencia Talibán puso a cargo era el mismo que había tenido primero la idea del escape.

Manteniendo tanta secrecía como era posible hasta el último minuto, él desarrolló un plan meticulosamente organizado para sacar a los prisioneros por el estrecho túnel con el menor peligro de ser descubierto.

Para dar más aire se instaló una bomba más poderosa y el ducto del aire se punzó en diez lugares de forma que todas las partes del túnel recibieran suficiente oxígeno.

Se conectaron con cable eléctrico unas 45 lámparas y se colgaron en los lados para iluminar el túnel.

Unos atacantes suicidas esperaban en la superficie para lanzar un ataque de distracción si era necesario.

Se colocó un cable telefónico de forma que, en cuanto se abriera el túnel en el extremo de la prisión, se pudiera pasar un teléfono para que los de dentro y los de fuera pudieran coordinar sus acciones.

Fue crucial para el éxito que tres o cuatro (las fuentes varían) prisioneros supieran del complot del escape.

Se tuvo mucho cuidado para evitar que varios prisioneros que habían sido identificados como espías para la administración de la prisión dieran la alarma.

Se usaron gatos de automóvil para romper los pisos de concreto en las dos partes donde estaban los prisioneros Talibán.

En cuanto se estableció comunicación se les dieron cuatro pistolas y cuatro navajas a los prisioneros para encargarse de cualquier informante o espía que pudiera poner en peligro el rescate.

Uno de los que estaban en el ala política de la prisión era Muhammad Idris de 24 años, un combatiente Talibán que había sido detenido hacia cuatro meses y estaba esperando su juicio.

Él da una descripción gráfica de los momentos finales del escape.

De forma interesante, dice que todas las puertas de las celdas internas en el ala política de la prisión estaban abiertas para dar la impresión de que el control de los guardias sobre los prisioneros, muchos de lo que tenían sus propios teléfonos celulares, era limitado.

Otro escapado, dice que los guardias casi siempre estaban dormidos o estaban drogados con opio, mariguana o heroína y no estaban en posición de detener a nadie que se escapara de la prisión. Por supuesto, esto podría ser una tapadera para ocultar la colusión de los guardias en el escape.

Muhammad dice que él supo por primera vez del escape cuando lo invitaron junto con muchos otros, a comer y orar con un Iman en una sala.

Fue el Iman el que les dijo del plan para escapar esa noche.

A una parte del piso de la celda se le había quitado la alfombra dice Muhammad: “Momentos después hubo un sonido debajo del área despejada” y luego se usó el gato de automóvil para romper el concreto.

Muhammad explica porque necesitaban las armas: “Esta ala tiene dos salones con prisioneros delincuentes y también hay una cantidad de espías policías.

De forma que se tomó la decisión de que si esos espías iban a causar problemas o trataban de decirles a los guardias de la prisión, los mataríamos”.

Se les dijo a los prisioneros que no podrían traer equipaje consigo.

Muhammad fue el segundo hombre en entrar al túnel.

Da una descripción de lo que fue: “El túnel no era muy ancho. Podíamos caminar agachados o gatear con facilidad.

Cada 15 metros (45 pies) había una lámpara lo que fue muy brillante.

Los Mujaidin habían colocado un ducto de plástico de 6” para ventilación.

Nos llevó como 15 minutos dentro del túnel hasta que alcanzamos el otro extremo”.

Conforme salían del túnel, los revisaba un grupo de Mujaidines que les quitaron los celulares y todo dinero que superara los 3,000 Afganis.

No había suficientes automóviles ni camiones para llevárselos de modo que aquellos que conocían Kandahar se les dijo que salieran por detrás de la casa y se fueran a pie hacia la ciudad usando los callejones traseros. Muhammad dice que él y unos amigos le hicieron señas a un taxi alrededor de las 4 am y pasaron dos puestos policíacos.

Para entonces todos los prisioneros políticos ya estaban libres incluyendo a un hombre con clavos de acero en sus piernas. Éstos se le rompieron en el túnel pero fue llevado a la salida por otros fugitivos.

El Talibán pone el costo de toda la operación en $ 20,000 “por la renta de la casa, el alimento de los Mujaidin, el costo de los camiones de carga y demás equipo”.

El relato de cómo pudieron dispersarse 500 hombres en Kandahar sin que nadie lo notara en medio de la noche suena extraño pero es concebible.

Las casas Afganas a menudo son complejos que miran hacia el interior con muros externos simples y es imposible saber qué es lo que sucede dentro.

El relato Talibán dice “la casa que se usó en la operación estaba como a 20 metros (60 pies) de la torre de vigilancia del enemigo” que podía ver hacia el interior del complejo.

Probablemente, fue la audacia de llevar a cabo una excavación así de gigantesca por un período tan largo bajo las narices de los guardias de la prisión, lo que evitó que descubrieran lo que pasaba ahí.

Es impresionante también, la habilidad de que por lo menos las 25 personas implicadas en el plan de escape en sus fases finales mantuvieran el secreto.

En los días posteriores al escape, los medios extranjeros se concentraron en la ventaja del Talibán de haber liberado a tantos combatientes experimentados capaces de regresar al campo de batalla.

Pero, lo mas significativo, tal vez, es la forma en que el gran escape de la prisión de Kandahar demuestra la habilidad y resolución del Talibán y demuestra porqué cada vez se pone más difícil derrotarlos.


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Por. Patrick Coburn.- Counterpunch.org

Traducción del Inglés al Español de su servidora.

Thursday, June 02, 2011

EL PAPEL QUE JUEGA WALL STREET EN LA GUERRA CONTRA EL NARCO

“¡El Negocio Va para Arriba!"


Imagínense cual sería su reacción si el gobierno Mexicano estuviera de acuerdo en pagarle a Barack Obama $ 1.4 Billones de Dólares para que desplegara tropas Estadounidenses y vehículos blindados en Nueva York, Los Angeles y Chicago para llevar a cabo operaciones militares, colocar retenes y enfrascarse en luchas callejeras para terminar matando a 35,000 civiles en las calles en las ciudades Estadounidenses.

Si el gobierno Mexicano tratara así a los Estados Unidos, ¿Cómo lo considerarían ustedes: amigo o enemigo?

Así es exactamente como los Estados Unidos están tratando a México y así ha sido desde 2006.

La política Mexicana de los Estados Unidos – la iniciativa Mérida- es una verdadera pesadilla. Ha socavado la soberanía Mexicana, ha corrompido al sistema político, ha militarizado al país. También ha dado por resultado las muertes violentas de miles civiles, en su gran mayoría, pobres. Pero a Washington le importan un bledo los “daños colaterales” mientras pueda vender más armamento, reforzar el régimen del mercado libre y lavar muy bien más ganancias por la droga metiéndolas a sus enormes bancotes. Entonces todo va a todo dar.

¿Tiene sentido dignificar esta carnicería llamándola “Guerra contra las Drogas?

Esas son tonterías. Lo que estamos viendo es una gigantesca tarascada de un negociazo, grandes finanzas y los servicios de inteligencia de los Estados Unidos. Obama nada más está haciendo su subasta que es porqué –sin que sea una sorpresa- las cosas se han puesto peor bajo su administración. Obama no solo ha aumentado el financiamiento para el Plan México (es decir Mérida) sino que ha desplegado más agentes Estadounidenses para trabajar en encubierto mientras que los drones Estadounidenses llevan a cabo la labor de vigilancia. ¿Captas como están las cosas? Esto no se trata de un golpecito al Narco, es otro capítulo en la Guerra contra la Civilización de Estados Unidos.

Aquí les presento una parte del artículo de Laurea Carlsen en Countrpunch que da unos antecedentes:

“La guerra de las drogas se ha convertido en el vehículo más importante para la militarización en América Latina. Es un vehículo financiado y conducido por el gobierno Estadounidense y atizado por una combinación de una falsa moral, hipocresía y mucho de frío y duro temor. La llamada “guerra contra las drogas” es en realidad una guerra contra el pueblo, especialmente, los jóvenes, las mujeres, los indígenas y los disidentes. La guerra contra las drogas se ha convertido en la mejor forma para que el Pentágono ocupe y controle países a expensas de sociedades enteras y muchas, muchas vidas.

“La militarización en el nombre de la guerra contra las drogas está sucediendo rápidamente y más completamente de lo que anticipamos la mayoría de nosotros bajo la administración de Obama. El convenio para establecer bases en Colombia, suspendido después, envió una de las primeras señales de la estrategia. Y hemos visto la extensión indefinida de la Iniciativa Mérida en México y América Central y hasta, tristemente, barcos de guerra enviados a Costa Rica, un país con una historia de paz y sin ejército…

“La Iniciativa Mérida financia los intereses Estadounidenses para entrenar a las fuerzas de seguridad, proporcionar inteligencia y la tecnología de guerra, dar consejo para reformar los sistemas penales y de justicia y promover los derechos humanos – todo en México” (La Guerra contra el Narco No Se Puede Mejorar, Sólo se Puede Terminar” Laura Carlsen-Counterpunch).

Si parece que Obama está haciendo su mejor esfuerzo por convertir a México en una dictadura militar, es porque lo está haciendo. El Plan México es una farsa que esconde los verdaderos motivos de la administración, que es asegurarse de que las espléndidas ganancias del comercio de la droga terminen en los bolsillos de la gente apropiada. De eso se trata todo esto, billetotes. Y es por eso que la tasa de muerte se ha elevado mientras que la credibilidad del gobierno Mexicano ha tocado su nivel más bajo en décadas. La política Estadounidense ha convertido a grandes partes del país en campos de matanza y esto solo se va a poner peor.

Chéquense esta entrevista con Charles Bowden que describe como es la vida para la gente que vive en la Zona Cero en la guerra contra el Narco; Cd. Juárez, México:

“Esta es en una ciudad donde la gente vive, a veces, en casas de cartón. Diez mil negocios se rindieron y cerraron el año pasado. De treinta a sesenta mil gentes de Juárez, principalmente los ricos, han cruzado el río hacia El Paso buscando seguridad, incluyendo el alcalde de la ciudad, que vive para protegerse en El Paso. Y el editor de un periódico de ese lugar vive en El Paso. Entre unas 100,000 y 400,000 personas han abandonado la ciudad. Gran parte del problema es lo económico no solamente la violencia. Por lo menos unos 100,000 empleos en las maquilas de la frontera se han desvanecido durante la recesión debido a la competencia con Asia. Existen de 500 a 900 pandillas, los cálculos varían.

“Así que lo que tienes son como unas 10,000 tropas federales y agentes de la policía federal todos merodeando. Tienes una ciudad donde nadie sale de noche, donde los negocios pequeños todos pagan extorsiones, donde 20,000 automóviles fueron robados oficialmente el año pasado, donde 2,600 personas o más fueron asesinadas el año pasado, donde nadie lleva registro de las personas que fueron secuestradas y que nunca volvieron; donde nadie cuenta a la gente enterrada en fosas secretas y, de una forma indecente, escarban la tierra de vez en cuando. Tienes un desastre. Y tienes un millón de personas, demasiado pobres como para poder irse, prisioneras en ese desastre. Ésa es la ciudad”. (Charles Bowden, Democracy Now).

Esto no se trata de la droga, es una política exterior descabellada que apoya a los ejércitos intermediarios para imponer el orden a través de la represión propia del estado policía y de la militarización. Se trata de extender el poder Estadounidense y de engordar las ganancias para Wall Street.

Aquí tenemos más antecedentes que nos brinda el escritor Lawrence M. Vanceen de la Fundación El Futuro de la Libertad:

“Un número no revelado de agentes de la ley Estadounidense trabajan en México.. La DEA tiene más de 60 agentes en ese país. Además hay 40 agentes de Inmigración y Aduanas, 20 delegados de servicio de Marshal, y 18 agentes de Alcohol, Armas de Fuego y Explosivos, más agentes del FBI, del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, Aduanas y Protección Fronteriza. El Departamento de Estado también mantiene una Sección de Asuntos de Narcotráfico. Los Estados Unidos también han proporcionado helicópteros, perros policías, y unidades de polígrafo para revisar a los solicitantes a puestos policíacos.

“Los drones Estadounidenses espían los escondites de los carteles y los Estados Unidos rastrean los automóviles y teléfonos de los sospechosos, agentes de los Estados Unidos rastrean señales, llamadas de celulares, leen correos electrónicos, estudian los patrones de conducta de las incursiones fronterizas, siguen las rutas del contrabando y procesan datos sobre los distribuidores de las drogas, los que lavan dinero y a los jefes de los carteles. Según un ex fiscal Mexicano anti-drogas, los agentes Estadounidenses no están restringidos por las leyes Estadounidenses a solo espiar llamadas telefónicas de quien sea en México, para lo que se requeriría autoridad judicial, mientras no se encuentren en territorio Estadounidense y no estén metiéndose con los ciudadanos Estadounidenses (“¿Porqué los Estados Unidos están Librando la Guerra contra el Narco de México?” Laurence M. Vanc Fundación El Futuro de la Libertad).

Esto no es política exterior; es otra ocupación Estadounidense. Y adivinen quien está escarmenando el gran billetón de esta sórdida estafita? Wall Street. Así es, los bancotes están sacando su tajada como siempre lo hacen. Miren esta parte de un artículo de Jim Petras “Como Salvaron al Capitalismo las Ganancias del Narcotráfico” en Global Research. Es un gran resumen de los objetivos que están dándole forma a la política.

Mientras el Pentágono arma al gobierno Mexicano y la DEA impone la “solución militar”, los grandes bancos Estadounidenses reciben, lavan y transfieren cientos de billones de dólares a las cuentas de los capos de las drogas, que luego compran armamento moderno, pagan ejércitos privados de asesinos y cantidades de funcionarios políticos y de la ley corruptos a ambos lados de la frontera..

“Las ganancias del narcotráfico, en el sentido más básico, son asegurados por medio de la habilidad de los carteles de lavar y transferir billones de dólares a través del sistema bancario Estadounidense. La escala y alcance de la alianza de Bancos Estadounidenses-Carteles de la Droga sobrepasa toda otra actividad económica del sistema bancario privado de los Estados Unidos. Según los registros del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, un solo banco nada más, el Wachovia Bank (ahora propiedad de la Wells Fargo) lavó $ 378.3 BILLONES de dólares entre Mayo 1º. 2004 y Mayo 31, 2007 (The Guardian, Mayo 11, 2011). Todo banco importante en los Estados Unidos ha servido como socio financiero activo de los asesinos carteles de la droga..

“Si los bancos importantes Estadounidenses son los motores financieros que les permiten operar a los carteles del narcotráfico de billones de dólares, la Casa Blanca, el Congreso y las agencias de la ley son los protectores básicos de esos bancos… El lavado de dinero es una de las fuentes más lucrativas para Wall Street; los bancos cargan jugosas comisiones a la transferencia de las ganancias de las drogas, que luego les prestan a instituciones de préstamos a unas tasas de interés mucho más arriba de lo que – si es que – les pagan a los ahorradores traficantes de drogas. Inundados en las ganancias ya desinfectadas de la droga, estos titanes Estadounidenses del mundo financiero pueden con mucha facilidad comprar a sus propios funcionarios electos para que perpetúen el sistema “”Como Salvaron al Capitalismo las Ganancias del Narcotráfico” James Petras, Global Research).

Repitan: “Todo banco importante en los Estados Unidos ha servido como socio financiero activo de los asesinos carteles de la droga…”

La Guerra contra el Narco es un fraude. No se trata de prohibir nada, se trata de control. Washington presta la fuerza de forma que los bancos puedan escarmenar cobijados bajo el gran anónimo. El uno le lava las manos al otro, igualito que en la Mafia.

Por: Mike Whitney / Counterpunch.org
(Traducción del Inglés al Español de su servidora)
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