En 1973, el Congreso de los Estados Unidos anuló el veto del entonces Presidente Richard Nixon y aprobó la llamada Resolución de Poderes de Guerra, que requieren que un Presidente que ha lanzado una campaña militar sin la autorización del Congreso termine operaciones en un lapso de 60 días.
Esta fecha límite se puede extender unos 30 días adicionales “si el Presidente determina y hace constar por escrito al Congreso que una inevitable necesidad militar con respecto a la seguridad de las Fuerzas de los Estados Unidos requierea el uso continuo de tales fuerzas armadas en el curso de llegar a un pronto retiro de dichas fuerzas”.
El pasado viernes marcó la expiración de la fecha límite para la campaña de dos meses contra el líder Libio, Moammar alQaddafi, pero no se recibió ninguna solicitud por escrito en el Congreso de parte del Presidente Barack Obama.
Se cree que tal solicitud no tendría ningún caso, porque no habría ninguna necesidad de salvaguardar las fuerzas Estadounidenses en retirada y en realidad, no existen (oficialmente) fuerzas Estadounidenses en el terreno en el país.
Ni existe la intención de escalar con apoyo las operaciones militares. “No detendremos nuestras actuales operaciones, que están limitadas y en apoyo a esta crítica operación de la OTAN” dijo el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Tommy Vietor, al New York Times al llegar la fecha límite.
Al contrario, la OTAN está extendiendo operaciones de forma significativa. El lunes, el Ministro Francés del Exterior, Alain Juppe anunció que se dirigían a las costas de Libia, 12 helicópteros de ataque a bordo del barco anfibio de asalto "Le Tonnerre", mientras que el Ministro Francés de la Defensa, Gerard Longuet dijo a al-Jazeera que Gran Bretaña enviaría helicópteros igualmente (los Británicos declinaron hacer comentarios). Este es un nuevo desarrollo que, a menos que se dé un éxito inesperado en sacar a Qaddafi y a sus fuerzas, podría ser un preludio de una guerra terrestre.
La llegada de helicópteros de combate acercará ya el combate a la OTAN. Hasta ahora, la alianza ha evadido toda táctica que llevaría un importante riesgo de bajas. No así con los helicópteros. Mientras que pueden darle a sus objetivos con una precisión que los aviones de combate no logran, también son mucho más vulnerables al fuego de tierra y a los misiles anti-aéreos portátiles que forman parte del haber de armas de Qaddafi. “(Un helicóptero) puede ser alcanzado por armas de fuego pequeñas, pudiera ser alcanzado por un misil que se lleva al hombro, y todo eso significa que existe un riesgo ya de que personal de la OTAN se derribado a tiros”, dijo un prominente analista de defensa a al-Jazeera.
En parte, como una medida preventiva (aunque la OTAN ha evitado tal encuadre) por varias semanas la Alianza ha estado bombardeando ferozmente las estructuras de Comando, Control, Comunicaciones e Inteligencia del gobierno Libio, y enviando “mensajes” a través de repetidos ataques sobre el cuartel en Bab Al-Aziziya en Trípoli de Qaddafi (ahora probablemente vacío).
Esta estrategia parece sacada del libro de recetas de cocina de la guerra de Kosovo en 1999. Como lo escribe Robert Haddick en Política Exterior:
La estrategia de bombardeo de la OTAN ya está probablemente más enfocada en aplicar coerción política y sicológica contra el régimen que en infligir daño en el campo de batalla contra las fuerzas militares. Los ataques repetidos contra el complejo están pensados para erosionar el prestigio de Qaddafi. Los ataques de la OTAN al complejo y otras posibles ubicaciones del liderazgo pudieran estar digeridos tambien para atemorizar al círculo interior de Qaddafi.. Pero, pudiera no estar funcionando lo suficientemente rápido para algunos líderes de la OTAN.
El General David Richards, el alto comandante militar Británico, pidió la expansión de la lista de objetivos aceptables. Richards quiere agregar objetivos de “infraestructura” a las listas de la OTAN.. Richard pudiera estar esperando repetir la estrategia que se uso eficazmente contra Slobodan Milosevic durante la campaña aérea de 1999 en Kosovo. Como lo discutí en una columna previa, la OTAN se vió en un estancamiento similar durante su campaña de bombardeo contra Serbia. En ese entonces extendió sus ataques contra los lugartenientes y los activos económicos de Milosevic dentro de Serbia apreciadas por esos lugartenientes. Este cambio en la táctica creó suficiente presión dentro del círculo interior gobernante para obligar a Milosevic a sucumbir. La definición de Richard de “infraestructura” puede tener estos bienes del liderazgo en mente.
Los paralelos con la campaña de Kosovo no empiezan y terminan ahí. Algunas fuentes han especulado que los mercenarios de la ex Yugoslavia están combatiendo del lado de Qaddafi en Libia junto con mercenarios Africanos; el influyente centro de estudios Estadounidense Stratfor afirma que no pudo verificar esta información (ni se ha confirmado la presencia de ningún mercenario) pero apunta como posible evidencia al reciente arresto de ciudadanos Libios en la frontera Serbo-Croata
Del lado de la OTAN, la práctica de armar y entrenar a rebeles y (supuestamente) usar pequeños equipos de fuerzas especiales de operación como vigilantes de ataques aéreos imita muy de cerca las tácticas usadas en la ex Yugoeslavia. El tenue apoyo internacional detrás de la extendida camapaña aérea se agrega a los paralelos.
Aunque ningún lider Occidental ha reconocido en estos momentos, el modelo Kosovo estaba en la mesa desde el principio de la intervención a Libia, pues fue la opción a una incursión terrestre. Como Stratfor escribió en marzo: La cuestión entonces se convierte en el grado al que esto continue como operación aérea. Kosovo es el ideal, pero Qaddafi no es Slobodan Milosevic y puede que no sienta que tenga adonde ir si se rinde. Para él, el combate es existencial, para Milosevic no lo era. El y sus seguidores pudieran resistir. Este es el gran desconocido. La opción aquí es mantener las operaciones aéreas por un extenso período de tiempo sin resultados claros o invadir.
Debe de notarse que hacia fines de la guerra de 1999, se estaban elaborando planes para una invasión terrestre, los ataques contra las estructuras Yugoslavas se intensificaban con el objetivo no declarado de suavizar toda posible resistencia y todo esto contribuyó a la decisión de Milosevic de batirse en retirada.
Parece que la OTAN ha llegado al punto donde su fallida estrategia los está obligando a pensarla otra vez. He reportado con anterioridad que la mala estrategia está llevandolos a un estancamiento y mi apreciación se empareja la de otros analistas, como Jonathan Marcus de la BBC y el analises de inteligencia Francés Online que explica:
“Durante una visita a Paris la semana pasada, el Contra-Almirante James G. Faggo, jefe de operaciones de la 6ª Flota Estadounidense a cargo del G3 (Inteligencia) dijo que 60% del potencial del ejército de Libia era todavía operacional. Esta apreciación de parte de la inteligencia militar Estadounidense se refiere a las tropas de choque del régimen, así como a la 32º Brigada, la brigada de fuerzas especiales leales a Moammar alQaddafi. Estos elementos, que estaban al frente de la operación militar contra los insurgentes, actualmente se están reservando y se mantienen lejos de los choques actuales, en particular en Misrata.
Entre los altos mandos militares de Francia, los generales dicen que hay una discrepancia entre los objetivos políticos de la alianza y las operaciones militares. La muy compleja cadena de mando (está) mal adaptada para lidiar con objetivos muy móviles.. Según varias fuentes, los aviones para ataque terrestre se han quedado sin combustible mientras esperan a que se les designe un objetivo.
La razón porque la OTAN se embrolló de esta forma es un tema para un debate más amplio que continuará en el futuro. Una forma suave de encuadre seria que los políticos se equivocaron en tomar en cuenta lo que los analistas de seguridad previeron abiertamente, esto no le quita méritos en lo más mínimo de la hipocresía que está detrás de la campaña, y significa que los líderes de la OTAN fingen no ver lo obvio.
Pudiera haber una cantidad de razones para un lapso tal, la mayoria relacionada a consideraciones diplomáticas e internas. Una fuente que asesora a los senadores Estadounidenses, se quejó una vez conmigo de que los políticos a menudo escuchan cuidadosamente y luego, prontamente, ignoran el consejo cuerdo. La estrategia de la campaña áerea, mientras que es expediente diplomáticamente (es una extensión de la zona de exclusión de vuelo que era la únca ley que podía aprobar el consejo de seguridad de la ONU) tuvo errores desde el principio. Lo que parece estar haciendo ahora la OTAN es remendar mientras camina. Es incierto, por decir lo menos, que esto traerá los resultados deseados. Si los ataques de los helicópteros comprueban ser ineficaces o si incurren en muchas bajas de la OTAN, se necesitará una nueva revisión de la táctica y la estrategia, y excepto por una invasión terrestre, a la alianza se le están acabando las opciones.
La oposición internacional a una invasión terrestre en Libia ha aumentado, pero la coalición ha ignorado toda la crítica hasta ahora y prontamente procedió a una extensión de la Resolucion 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, autorizando la zona de exclusión de vuelo, tan delgada que casi no se refleja en la campaña militar. Parece que no hay inclinación por parar ahora, a pesar de las incertidumbres inherentes a escaladas mayores.
De hecho, el único progreso rebelde significativo reportado en las últimas semanas – alrededor de la ciudad y puerto de Misrata, en el occidente – ha servido para perpetuar la guerra en lugar de aliviar la difícil situación de los civiles. Como lo informa el New York Times “La importancia estratégica de Misrata no se ha perdido en la tripulación (del barco de provisiones para los rebeldes) Al Iradah 6. Por meses, los rebeldes atrapados en la ciudad a 130 millas (209 kilometros) de Trípoli, le brindaron al movimiento de oposición de Libia un poderoso argumento contra cualquier discusión del fin de la guerra que exigía una división nacional”.
Para regresar al paralelo de Kosovo, debemos recordar, con toda su debida amargura, que Serbia es un país Europeo que está poblado por gente blanca. A pesar de que los Europeos Orientales son considerados como Europeos de segunda clase, y de esta forma, igualmeante en la mente de los que toman las decisiones Europeos. En Kosovo, la OTAN estaba dispuesta a doblar sus exigencias con el fin de facilitar la retirada de Milosevic de la provincia, y evitar una campaña terrestre. Aun así, la guerra fue enormemente costos en términos de vida civil.
Libia, por otro lado, está en África, y está poblada por gente cuya inmigración hacia Europa ha causado una ola de racismo y sentimientos anti-inmigrante. Aunque nadie lo admitiría, sus vidas son casi seguramente más baratas en las mentes de los políticos Occidentales que las vidas de los Serbios y Albanos. Asi que, en Libia, podríamos esperar no solo una Kosovo, sino una continuación que nunca se materializó en Kosovo, una Kosovo con esteroides.
Por: Víctor Kotsev.- Periodista y analista político con sede en Tel Aviv.
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¿Qué le parecería al pirata del Mediterráneo, el General David Richards si en la lista de objetivos de bombardeo de infraestructura le agregan su casa y las casas de toda su familia? ¿Verdad que no sería lo mismo? Malditas ratas del Mediterráneo empezando con el Nicolas Sarkoma.
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