Los expertos en temas religiosos enfocados en la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica, señalan, tomando en cuenta las profecías de San Malaquías, que el siguiente Papa, que por cierto, esa lista lo marca como el penúltimo, sería uno que llenaría la descripción de “De Gloria Olivae” que en Latín significa “La Gloria de los Olivos”.
Dicha descripción señalaría, según los que saben, que el origen o la vida del próximo Pontífice tendría un estrecho lazo con un país con un simbolismo muy fuerte a los olivos, estos son: España, Francia e Italia.
En mi muy particular opinión, no dejaría yo de agregar Grecia, Turquía, el Norte de África y uno que llama poderosamente mi atención: Palestina.
¿Porqué Palestina? Pues únicamente por el hecho de que ahí se encuentra el Monte de los Olivos, la más famosa referencia a los Olivos en el Nuevo Testamento cuyo tema central es la vida de Nuestro Señor Jesucristo. Y ahí el trabajo de la Iglesia sería de proporciones gigantescas, casi de vida o muerte.
Continúan diciendo los expertos que de haber justicia, la Iglesia debería de aplicarla a la América Hispana por ser esta gran parte del Continente la que alberga la gran mayoría de creyentes del Catolicismo. Y tienen razón.
Sin embargo, yo me atrevo a discrepar un poco: ¿Recuerdan la parábola de El Buen Pastor? En la que Jesucristo mismo señaló a aquel amoroso pastor que se aparta del rebaño y va en busca de una sola oveja, la perdida.
Considero que siendo Europa el escenario – por excelencia - de los grandes - tanto en lo glorioso como en lo vergonzoso - hechos del Catolicismo, estando por tanto ligada a él, y que, al verse un mucho desertado por los fieles ante el avasallador crecimiento del ateismo, el materialismo y la comodidad personal que ha elevado a la categoría de religión al egoísmo, sería el mejor ejemplo del trabajo del Buen Pastor: Recuperar la oveja perdida.
Si analizamos que nuestro adorado Juan Pablo II pavimentó con bases muy firmes un camino amplio, seguro y con luz; aunque difícil, su sucesor tendría que jugar el papel del Buen Pastor en toda la extensión de su significado.
Ahora bien, de nuevo invocando a los expertos, se centran las expectativas Europeas en Italia, Francia y España.
Y, por ende, llama poderosamente la atención que uno de los candidatos más fuertes a calzar las sandalias del Pescador, haya sido amigo de Karol Jozef Wojtyla, en su infancia, en Polonia.
Esto no tendría nada de extraño y, al contrario, nos llenaría de confianza pues pudiera darnos la esperanza de que seguiría un camino similar.
Sólo que hay un dato que hay que desarrollar: El nació Judío y al estallar la Segunda Guerra Mundial y la consecuente invasión de Polonia por los Nazis, que causó la inevitable prisión de todos los ciudadanos que por su nacionalidad pudieran representar un riesgo para la nación invasora, su familia fue hecha prisionera y él pudo ser salvado y llevado a uno de esos tres países, donde a la edad de 14 años, se convirtió al Catolicismo.
Señalan los optimistas que de llegar a ser Papa, representaría un triunfo enorme de la relación de rivalidad y amor-odio de la fe Católica sobre la fe Judía: El Judío Converso.
Más, ante el desarrollo de los hechos en la historia que nos ha develado el plan maestro de una de las ramas del Judaísmo, una rama, por cierto negativa y peligrosa que amenaza la paz mundial y hasta al mismo Judaísmo, el Sionismo, nos obliga a examinar el asunto con un cristal más realista.
El Sionismo es un sueño que comenzó desde hace siglos pero que empezó a tomar forma en la Europa del Este en la segunda mitad del siglo antepasado al plasmar Theodor Herzl un plan bien diseñado y que ha dado por resultado el establecimiento del Estado de Sión o sea Israel.
No entraré, por ahora, en detalles sobre este punto porque nos desviaría de nuestro camino.
Ahora bien, es un hecho comprobado que los puntos sensibles de decisión de la economía, derecho, militar y política en las potencias mundiales, han sido ocupados por personajes Judíos muy preparados y en un 90% a favor de Sión.
Esto está dando un giro muy peligroso a nivel mundial pues tienen en un puño a la mayoría de los países del mundo.
Por lo tanto, no es de descartar que otro punto sensible en el que ya se hayan incrustado elementos que trabajan en pro del Sionismo – por el motivo que fuese – sería el religioso y entonces sería el objetivo: la Iglesia Católica.
En tal caso, el triunfo no sería del Catolicismo sobre el Judaísmo, sino que sería un colosal triunfo del Sionismo, utilizando como escalera el Judaísmo, sobre el Catolicismo.
Esperemos y oremos porque el Cardenal en cuestión sea un converso sincero y que su triunfo sea el del primer caso.
Por supuesto que mi humilde opinión así como la de los demás expertos no las está esperando ansiosamente el Colegio Cardenalicio, pero deseamos con todo nuestro ser que sea el Espíritu Santo quien obre en esta elección en este momento tan crucial de nuestra historia.
Es importante subrayar que no necesariamente sería el caso de ese Cardenal, pues bien pudiera ser algún otro que conserve, para tal propósito, un bajo perfil. No es de mi agrado y me considero injusta al hacer esta observación, pues no conozco personalmente al Cardenal, ni sus sentimientos, ni su corazón ni sus ideas. Pero tenía que externarlo. No creo que esté de más hacerlo.
Entonces las palabras de Jesús al entregar las Llaves del Reino de los Cielos a San Pedro y que fueron “TU ES PETRUS!” hoy que resonarían en este Tercer Milenio, como una angustiante pregunta: ES TU... PETRUS?
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