Día a día vemos como el Cardenal Joseph Ratzinger va transformándose en el guía, el líder, el padre y como él mismo lo dice, en el Pastor que tanto necesitamos como Su Santidad Benedicto XVI.
Va tomando las enormes proporciones de un Pastor que a través del amor por Nuestro Señor Jesucristo, está decidido a ir a recoger a toda aquella oveja que se ha desperdigado del rebaño, está decidido a luchar por cada una de ellas y a no dejarlas a su suerte, como él lo dijo, en el desierto de las desgracias físicas y las del alma.
En una admirable humildad nos pide ayuda a todos y cada uno de nosotros, y estoy segura que al oir su llamado, estamos prestos a hacerlo pues, al final, redundará en beneficio propio.
Construyendo todos juntos seremos más fuertes y podremos abrazar a todos aquellos hermanos que se sienten abandonados por Dios, que están calladamente pidiendo una luz en su camino, un rayo de calor en su soledad y un atisbo del Dios que han negado porque en su desierto personal, aunque El está ahí, no lo han sabido encontrar porque se niegan a verlo.
En pleno Siglo XXI, estamos siendo testigos de que el Espíritu Santo está obrando en la sabia elección de nuestro ya amado Santo Padre Benedicto XVI.
Dos mil años después, se repite la recomendación de Cristo y el Pastor que toma el báculo en esta ocasión está a la altura de San Pedro.
¡Qué hermoso pasaje cantado tanto en Latín como en Griego! ¿No les parecía estar ahí con Jesucristo y con San Pedro escuchando esas hermosas palabras?
Nuestro Benedicto XVI es valiente, sabio, visionario, sensible, reconciliador y nos está dando muestras de que es el Padre que esperábamos.
No desoigamos su pedido. Nuestra Iglesia es nuestra Madre. Hagámosla fuerte para que nos siga protegiendo y como él nos dijo: Ser todos con él una unidad, que a su vez se unirá en Cristo con el Padre Celestial. Y así todos seremos salvos.
Pero, no podemos dejar de señalar que ésta además, fué una homilía vigorosa al reclamar a las naciones poderosas en lo político y lo militar, su ceguera, su egoísmo, su rebeldía y su cerrazón y falta de respeto a los débiles y el haber hecho pedazos el derecho internacional.- Este reclamo fue hecho con energía y valor.
Razón de más para cerrar filas con nuestro Santo Padre, ayudémosle a enfrentar a los lobos, y a aquellos que con su disfraz de piel de oveja se están infiltrando entre nosotros.
Todos somos Uno con nuestro Papa Benedicto XVI en Cristo.
Santo Padre: HAI PARLATO BENE!
¡¡BENE DETTO !!
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